En el Pueblo Mágico de Metepec, Estado de México, se produce una obra de arte extraída de su propia tierra. Se trata del árbol de la vida, una imagen escultórica que representa tradicionalmente la escena bíblica de la creación, por la que está compuesta principalmente por elementos como Dios, el fruto prohibido, Adán, Eva y la serpiente. Sin embargo, con el paso de los años la creatividad ha permitido que se agreguen numerosos elementos y temáticas.
Para elaborar los árboles, los artesanos de Metepec hace uso de técnicas de trabajo en barro que datan de la época prehispánica. La producción de figuras de barro en la región datan del año 1800 a. C. Mientras que el trabajo con pigmentos para su coloración llegó con la influencia olmeca en siglo VIII.
Con la llegada de los españoles se destruyó gran parte del patrimonio cultural de los indígenas, quienes fueron evangelizados. A partir de entonces, el trabajo plástico se centró en personajes de la tradición católica, que recibieron aspectos ornamentales propios de las tradiciones originarias.
¿Cómo nació el árbol de la vida?
Aunque los árboles de la vida fue una tradición que inició en Izúcar de Matamoros, Puebla, es en Metepec donde la tradición se ha extendido, produciendo grandes artistas que con sus manos dan vida a esculturas magistrales y únicas.
Para preparar la pasta de barro, recurren a los campos para recolectar la plumilla, un tipo de hierba algodonosa que le da consistencia al barro. Posteriormente empiezan el ensamblaje de la estructura del árbol, que será revestida por flores, hojas, figuras humanas, personajes divinos e inclusive seres de ultratumba. Algunos artesanos usan moldes para producir la imaginería.
Una vez decorado, el árbol de la vida es cocido en horno de leña o gas. El tamaño es variable, pues existen figuras muy sencillas y otras de gran tamaño con un panteón numeroso. Como toda obra de arte, ésta también es susceptible de encarnar ideas más abstractas, por lo cual en los últimos años se desarrollaron trabajos que reflejan conceptos como la dualidad, la femineidad de Eva o la muerte en México.
Metepec, cuna de artistas que trabajan con barro
Entre los artesanos más destacados de Metepec se encuentra la familia Soteno, quienes tienen fama a nivel nacional e internacional por sus piezas. El trabajo de los Soteno se caracteriza por el uso de barro amarillo y rojo extraído de Ocotitlán, con el cual modelan todas las piezas a mano sin excepción. De acuerdo con la familia Soteno, el árbol de la vida surgió como una sugerencia del doctor Rubín de la Borbolla, mientras que Gabriel Ruíz González, otro artesano destacado, piensa que la artesanía está inspirada en el árbol de la vida de la Iglesia de Santo Domingo en Oaxaca.
Tradicionalmente, el árbol de la vida es un regalo para las parejas recién casadas, pues es símbolo de la fertilidad. Sin embargo, actualmente se comercia como un objeto decorativo sin fines religiosos. En la calle de Comonfort, en Metepec, existe una gran cantidad de locales que ofertan los árboles de la vida y otros trabajos de alfarería de gran belleza y calidad. Cabe destacar que sólo dos productores de la región hacen todas las piezas de forma artesanal.
Una tradición en riesgo latente
Lamentablemente, la demanda ha derivado en la importación de piezas hechas en China, lo que afecta de forma directa a los artesanos. Por ello, el gobierno mexicano intervino para que en 2009 el árbol de la vida fuera registrado como una marca de los habitantes de Metepec y Calimaya. Aún con ello, es de vital importancia comprobar la autenticidad de las piezas en venta, ya que en cada una de ellas se juega la continuidad de la tradición alfarera de la región centro de México.
Para celebrar la importancia de este trabajo artístico, cada año el municipio de Metepec organiza el Concurso Nacional de Alfarería y Cerámica Árbol de la Vida, donde participan artistas de distintos estados. Además, cada año se organiza un árbol de la vida “humano”, integrado por personas indígenas que portan sus trajes tradicionales.
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