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El camino que tomó el agua de jamaica para llegar a México



La planta con la que se produce el agua de jamaica llegó de Filipinas para arraigarse en la gastronomía mexicana. Los productores de la planta, especialmente de Guerrero, compiten con los chinos


Color a sangre, sabor ligeramente acidulado, sensación refrescante. El agua de Jamaica no es mexicana pero se ha ganado su carta de naturalización con su presencia a diario en millones de casas, en las fiestas patrias, en las plazas públicas de México en donde las paleterías la vende en vasos de litro o en bolsas de plástico atravesadas por un popote para apalear el calor.


La flor que nos dio esta rojiza bebida se llama hibiscus sabdariffa (malváceas) y llegó a México a bordo de la Nao de China, embarcaciones españolas que, desde 1565, empezaron a cruzar el Océano Pacífico de Filipinas hasta la Nueva España intercambiando productos.


Así podemos deducir que el primer estado mexicano en donde hubo flor hibiscus fue Acapulco, estado de Guerrero, pues es en este lugar en donde desembarcaban tales navíos


Sin embargo, parece que el lugar que vio nacer a la flor de jamaica fue el África Tropical, es decir Egipto, Sudán y Senegal, en estos países se cultivaba no por la flor sino para extraer fibras de sus duros tallos que servirían para crear telas gruesas, parecidas al henequén.


Precisamente es Guerrero el que en la actualidad lidera la producción de malváceas de Jamaica con 18 mil hectáreas, sembradas por 6 mil campesinos, la producción proviene de una variedad criolla que se siembra únicamente en el ciclo agrícola primavera-verano.


El 70% de la producción nacional se vende a granel y el resto se industrializa para producir vinos, concentrados, mermeladas, bocados y conservas, y claro que las aguas frescas que gustan tanto en nuestro país.


Como parte del proceso de producción tan solo en 2012 se crearon 60 asoleaderos para secar a la flor, lo que ayuda a tener más producto en menor tiempo.


Pero los productores nacionales aún no pueden cantar victoria. El investigador gastronómico, José Iturriaga, indica que en México se consume Jamaica mexicana y Jamaica china, la primera por ser más costosa y de mejor calidad se encuentra sobre todo en mercados “caros” o gourmet como los de San Juan, San Ángel o Coyoacán.


Mientras que la de origen chino está prácticamente en todos los mercados populares del país, ya que se busca ahí un mejor precio.


“La que exportan de China es un tamaño pequeño y con tono negruzco. A diferencia de la nacional que es más fina, de un color rojo intenso y un poco más grande; además de un sabor extraordinario. Aquí nos encontramos nuevamente, con el fenómeno de la competencia de productos chinos”, dijo el especialista.


La Jamaica continúa arraigándose en el paladar de los mexicanos, tanto así que ahora no solo se prepara agua con ella sino quesadillas, salsas, sopas, licores, postres y botanas fritas que roseadas con limón y chile piquín son una delicia, seguro la historia de esta riquísima flor continuará escribiéndose.


Así es cómo la Jamaica llegó a nuestro país para poder disfrutarla, si se quieren ver sembradios de Jamaica se pueden visitar los estados de Guerrero, Oaxaca, Michoacán y Nayarit.

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