El perico monje pertenece a la familia de los loros, su nacimiento se da durante el verano y anidan a alturas de 10 metros.
El perico monje argentino (Myiopsitta monachus), originario de América del Sur, llegó a México como una mascota exótica, si bien es conocido por su reproducción invasora, la puesta en libertad de estos pericos ha generado una reproducción masiva que amenaza a otras especies. Alcaldías como Azcapotzalco y Gustavo A. Madero ya tienen santuarios.
El perico monje pertenece a la familia de los loros, su nacimiento se da durante el verano y anidan a alturas de 10 metros. Su cuerpo es pequeño, en promedio mide 30 cm y su peso no supera los 150 gramos. Posee un plumaje color verde brillante con tonos azulados en las alas y pecho gris.
El monje es la única clase de loros que construye su nido con ramas. También tiene la capacidad de emitir silbidos y hablar. A diferencia de otras aves que requieren de los medios necesarios para sobrevivir, el perico monje puede adaptarse a casi cualquier situación. En medios urbanos esta ave encuentra mejores condiciones para vivir que en su medio natural, ya que no existe un depredador que equilibre su población.
Debido a su preferencia por anidar en zonas altas, su reproducción pone en riesgo los árboles locales y la infraestructura urbana como postes y cables. Este tipo de aves poseen una gran inteligencia, lo cual les permite adaptarse con facilidad a distintos medios y ecosistemas. Además, son animales que viven en grupos sociales densos con los cuales hacen vuelos rápidos en parvada.
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