Ante la necesidad de crear conciencia y sensibilización en la población sobre la catástrofe ecológica que podría generar la contaminación en zonas costeras, desde 1986 cada 18 de septiembre se celebra el Día Mundial de las Playas, iniciativa que surgió tras el llamado de alerta del Centro de Conservación Marina de los Estados Unidos.
Para conmemorar este día, en más de 90 países del mundo, decenas de ciudadanos voluntarios se reúnen para limpiar las playas, y es que la contaminación de estos espacios además de afectar la salud de los visitantes, repercute directamente en la degradación y destrucción de la flora y fauna marina.
Investigaciones hechas por grupos ambientales señalan que la basura que más se desecha en las playas son los plásticos, principalmente botellas PET y bolsas, seguido por las colillas de cigarro y el papel.
Sin embargo, las rejillas de las latas de cerveza, botellas de vidrio, metal y unicel, también predominan entre los residuos que son desechados en las playas. De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), 13 millones de toneladas de desechos terminan en el mar, convirtiéndolo en el gran basurero del mundo. Actualmente, México tiene 54 playas que se encuentran reconocidas como Blue Flag, un distintivo internacional que otorga la Fundación Europea de Educación Ambiental (FEE por sus siglas en inglés) a las playas que cumplan con una serie de criterios ambientales, de seguridad y servicios, educación ambiental y calidad del agua.
No obstante, el país aún está lejos de ser un líder a nivel mundial, como lo es España que tiene el mayor número de Blue Flag con 679 playas, seguido de Francia con 492.
Si bien en el país hay playas muy populares, la mayoría en el Caribe mexicano, que año con año reciben un sinfín de visitantes y con ello el nivel de contaminación incrementa, hay otras, conocidas como vírgenes, que carecen de la sobreexplotación turística y cuyo ecosistema aún no ha sido tan dañado por las acciones humanas. En Michoacán existen más de 30 playas vírgenes, sus caletas y ensenadas contienen diversas especies protegidas como las tortugas marinas que cada año desovan en lugares como Nexpa, Arenas Blancas, Maruata, El Ticuiz, La Ticla y Faro de Bucerías.
Preservar la biodiversidad y el entorno de estos lugares es una tarea en la que todos podemos contribuir, una manera de hacerlo es no dejar basura sobre la arena, ya que al subir la marea los residuos pueden ser arrastrados hacia el mar; no arrojar desechos fecales ni utilizar bronceadores o bloqueadores que contengan dióxido de titanio (TiO2), el cual podría resultar tóxico para peces y organismos acuáticos.
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