En la península de Yucatán en México, la ciudad de Kankabchen, anidada lejos del mar, está repleta de abejas. En esta comunidad maya, la miel es más que un simple negocio: es un canon cultural. Hay familias que han criado abejas por generaciones. Algunos aún recuerdan cuando, en lugar de ir al médico, se utilizaba la miel para cerrar heridas y tratar cataratas.
Lidia Maribel Moo Poot creció escuchando estos relatos de su abuela, y se enorgullece del legado de su familia. Las abejas que cultiva en su colmenar, “Las Tres Mieles” (llamada así por sus tres hijas), son abejas meliponas, especie que produce una variedad de miel muy preciada en el mercado internacional. Todos en Kankabchen dependen de estos apicultores para su sustento. “Vivimos una buena vida aquí, sembramos y cosechamos en nuestros propios jardines”, explica Lidia, “pero sin las abejas, no tendríamos nuestras propias frutas o verduras”.
Sin embargo, hoy en día Lidia se pregunta si esta antigua tradición seguirá vigente para sus hijas.
En los últimos años, Lidia ha notado cambios en los patrones de lluvia y cambios de temperatura, impactos concretos del cambio climático. Como resultado, en los últimos cinco años, las colmenas de Lidia se han vuelto ocho veces menos productivas, mientras que el costo de mantenerlas ha permanecido igual. Mientras tanto, los granjeros cercanos, afectados de manera similar por el cambio climático, se ven forzados por la desesperación a fumigar sus cultivos, dañando involuntariamente las abejas de Lidia, que vuelan millas y millas en busca de polen.
“Los apicultores vemos el efecto de estos químicos”, dice Lidia. “A veces, regresan abejas contaminadas, que al entrar a la colmena matan a otras abejas. Personalmente, solo este año he perdido seis u ocho colmenas por este problema”.
Afortunadamente, Lidia es miembro de U Lool Che, una cooperativa de miel que forma parte de un colectivo más grande de cooperativas llamado Educación Cultura y Ecología, A.C. (EDUCE). EDUCE y U Lool Che capacitan a apicultores como Lidia sobre la apicultura orgánica, combinando las prácticas tradicionales comprobadas a través del tiempo con técnicas de investigación agronómica de vanguardia y tecnología moderna de colmenas. Este enfoque protege las abejas y el medio ambiente al tiempo que aumenta los ingresos, asegurando que la apicultura sea sostenible para las generaciones venideras.
Pero la capacitación no es suficiente. Muchos apicultores carecen del dinero necesario para actualizar sus prácticas. Con el apoyo de la Walmart Foundation, Root Capital ayudó a EDUCE a reacondicionar su sistema de crédito interno, a través del cual los apicultores pueden adquirir pequeños préstamos de la cooperativa para invertir en su futuro. Con el conocimiento, la confianza y el capital de la cooperativa, miembros como Lidia se están convirtiendo en líderes en sus comunidades, abogando por prácticas orgánicas más extendidas para proteger, a largo plazo, las abejas y los cultivos de los agricultores.
Entre 2017 y 2019, Root Capital brindó servicios de crédito y creación de capacidad en seis estados de México para apoyar a 9,000 productores de café, cacao y miel. Este programa fue posible gracias a una subvención de la Fundación Walmart.
Lidia sabe que la apicultura no es solo un medio de vida, sino un legado: “Quiero enseñarles a mis hijas la cultura de donde proviene todo esto [la apicultura], y la importancia que tiene… Quiero que valoren que esto es parte de lo que nuestros ancestros nos legaron, y que vean que tenemos que cuidarlo para que no lo perdamos”.
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