Se dice que los seres vivos necesitan de alimento, calor, oxígeno y agua para sobrevivir, pero este vital líquido, cada día enfrenta más desafíos. La cantidad de agua dulce escasea con el paso del tiempo, poniendo en peligro la supervivencia de los seres humanos y otras especies.
En México el agua es indispensable para el consumo humano, la producción y riego de cultivos, el desarrollo industrial y la conservación de la biodiversidad.
De acuerdo con informes de CONAGUA (2011) el 76 % se usa para uso agrícola, 4.9% en la industria, 4.7% en energía eléctrica y el 14.4% en abastecimiento público, el último tiene problemas serios afectando la calidad de vida de los mexicanos.
El 10% de la población carece de agua potable complicando que puedan ingerir agua limpia y también involucra su higiene, exponiéndose a enfermedades. Nos enfrentamos a un gran reto, los estragos de las crisis climática, en más del 70% de los ríos, lagos y presas presentan algún grado de contaminación, las cifras publicadas por la ONU son cada vez más alarmantes, sin embargo la falta de sensibilidad entre los mexicanos complica el cuidado del agua. Es urgente impulsar estrategias integrales en coordinación con el gobierno, iniciativa privada y la sociedad civil.
Sin duda, hay un grupo de mexicanos trabajando desde sus trincheras buscando soluciones, algunos debaten por la falta de información, otros argumentan que el mensaje no se ha enviado de la forma correcta; es una realidad que el panorama nos indica un significativo incremento de estrés hídrico cambiando los patrones de lluvias y aumento de temperatura, de acuerdo con información de la organización Pacto Social por el Agua, del 2002 al 2010 las sequías afectaron a más de 30 millones de personas en México.
Se puede pensar que es un problema de unos cuantos, pero no es así. Estamos hablando de un desafío del que no logramos dimensionar su magnitud, hoy vivimos tiempos difíciles por una pandemia causada por no respetar la biodiversidad, provocando severos daños en la economía, no me quiero imaginar una crisis provocada por falta de agua dulce.
En México se dice que es mejor pasar del dicho al hecho, se que muchos ambientalistas, académicos, activistas y organizaciones civiles están trabajando a marchas forzadas, sabemos que el tiempo es un elemento indispensable en esta carrera, necesitamos multiplicar esfuerzos promover la educación ambiental, modernizar políticas públicas y fomentar la cultura del agua, es tiempo de actuar.
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