Ante el deterioro social y ambiental que enfrenta nuestro país, derivado de políticas públicas fallidas de administraciones neoliberales, el Gobierno de México a través de la Secretaría de Medio Ambiente presentó en días pasados una hoja de ruta que consta de siete transiciones ambientales cuyo propósito es responder a la obligación del Estado de garantizar un ambiente sano y propicio para el bienestar de las personas.
Este haz de transiciones conforman una política de emergencia, restauración y conservación de los elementos vitales que requerimos como un derecho humano esencial: aire limpio y respirable, bosques y agua para el bienestar social, transición energética, alimentos sanos, hábitat apropiado, reciclaje de residuos y hogares y comunidades sustentables.
Las siete transiciones son:
Forestal, agroecológica y pesquera (alimentos, bienes y servicios ambientales). Incluye silvicultura, agricultura, ganadería y pesca ecológicamente responsables, manejo forestal para la provisión de bienes y servicios ambientales, biofábricas, mercados orgánicos y justos, consumo responsable, alimentos sanos, no transgénicos y no agroquímicos; suelo, aire y agua libres de contaminación.
Hídrica. Derecho humano al agua, justicia hídrica, huella hídrica, manejo integral del agua, nueva ley del agua, gestión democrática del agua, rescate de ríos y cuerpos de agua y rescate y regeneración ecológica de cuencas hidrológicas en ciudades y comunidades.
Energética. Soberanía y seguridad energética, eficiencia energética, energías renovables locales y descentralizadas, soberanía y seguridad energética, gestión ciudadana de la energía, reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y transición integralmente ecológica.
Biocultural (conservación). Protección biológica y cultural de los territorios bajo un enfoque intercomunal, bosques para el bienestar, gestión forestal comunitaria, protección de la diversidad biocultural, conservar produciendo y producir conservando, cogestión social de ANP y diálogo de saberes para el fortalecimiento de la memoria biocultural.
Urbano-industrial. Ciudades y comunidades sustentables, control de emisiones y gestión adecuada de residuos industriales peligrosos, manejo de residuos sólidos urbanos; transporte accesible, asequible, regulado y limpio; aire limpio, economía solidaria, ecotecnologías, innovación tecnológica sustentable en procesos productivos, promoción de patrones de producción y consumo sustentables y actualización de la normatividad.
Educativa. Fortalecimiento de una visión formativa y educativa, escuelas verdes, ecopedagogías, educación ambiental obligatoria, centros ciudadanos de sustentabilidad, arte ambiental, ecoparques, formación de recursos humanos especializados para impulsar la transición ecológica y la investigación para la sustentabilidad; divulgación y comunicación ambiental.
Ciudadana, justicia y gobernanza ambiental. Ciudadanización y territorialización de la política pública, formas emergentes de participación, diálogo social y construcción de acuerdos, regiones y espacios de esperanza, participación efectiva en la toma decisiones y acceso a la justicia ambiental.
Para realizar estos procesos transformativos, la Secretaría articula programas interinstitucionales, intersectoriales y con los gobiernos estatales y locales; además, establece alianzas estratégicas con el Poder Legislativo, el sector productivo, la sociedad civil, la academia y los movimientos sociales.
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