Preocuparse por el medioambiente no es una cuestión sólo de ecología, también de finanzas personales. Por ello, reciclar se ha vuelto una necesidad más común.
Aunque los esfuerzos que se llevan a cabo en México por reducir el impacto negativo en el ambiente preceden la pandemia, durante el año pasado surgieron dos nuevos retos: el número de cajas y la cantidad de material de embalaje aumentó considerablemente debido al incremento en las compras en línea, al tiempo que la restricción de actividades en las ciudades ha interrumpido las oportunidades y los programas de reciclaje tanto comerciales como institucionales. De acuerdo a la iniciativa de reciclaje ecolana, más de 190,000 consumidores buscan un lugar para reciclar anualmente, y aunque iba en aumento el número de centros de acopio, la pandemia frenó notablemente ese crecimiento, además de haber interrumpido eventos como el Reciclatrón , que era llevado a cabo por la Secretaría del Medio Ambiente en la Ciudad de México.
Ante esta situación, muchas personas han recurrido a las apps y comunidades que tienen como objetivo evitar el desperdicio y generar una cultura de compartir y reusar artículos, que de otra manera acabarían en la basura antes de que su vida útil termine. Algunas incluso han extendido esta idea a los alimentos, que en ocasiones son desperdiciados por restaurantes o particulares por no tener a quién compartirlos.
Con esta idea de generar cero desperdicio y mantener el mayor número de artículos lejos del basurero, comunidades como Olio y Freecycle han tenido buena respuesta a nivel global. Creadas en Inglaterra y Estados Unidos, se han extendido al resto del mundo gracias a la tecnología y promueven el compartir aquello que ya no usas, pero que le puede servir a alguien más. Desde esa impresora que no has usado en un año porque se le acabó la tinta hasta la ropa, muebles o libros que has decidido desechar en los tiempos libres del encierro. Olio El proceso en Olio es sencillo: una vez creado un perfil de usuario puedes anunciar tus donaciones o revisar las que estén disponibles en tus inmediaciones a través de su app, que cuenta con calificaciones para los integrantes, retos para involucrarse más en el cuidado del medioambiente y un foro con ideas de reciclaje, o para ayuda entre usuarios. Todo lo que se comparte en la sección correspondiente a comida o artículos es gratis, y se prohibe el trueque, la venta o el intercambio. Para evitar el desperdicio de comida, Olio incluye una sección dirigida a negocios de alimentos, restaurantes, por ejemplo, conectándolos con voluntarios que pueden recolectar la comida que están por descartar para distribuirla entre miembros de la comunidad que la necesiten. Cheaf Cheaf es otra app que busca evitar el desperdicio de comida en restaurantes, y aunque los productos no son gratis, su objetivo es que los negocios afiliados puedan vender sus excedentes con descuento y así recuperar parte de sus costos de producción, mientras que los usuarios de la plataforma puedan rescatar comida por una fracción de su precio original, reduciendo el impacto ambiental del desperdicio.
Con estas iniciativas es posible combatir la contaminación y el desperdicio, pero también la obsolescencia percibida de artículos que aún pueden tener una segunda vida o cuyas partes pueden ser reutilizadas de maneras que quizás no lo imaginamos.
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