La clorofila es toda una familia de pigmentos, que son los responsables de dar a las plantas su color verde característico.
La clorofila es toda una familia de pigmentos, que son los responsables de dar a las plantas su color verde característico. Se trata de una biomolécula de importancia vital en el escenario de la vida sobre nuestro planeta, ya que, sin ella, la fotosíntesis que las plantas y otros seres vivos que realizan no sería posible.
La molécula de clorofila está compuesta de hidrógeno y carbono, además de un solo átomo de magnesio en el centro. Su color verde de las plantas se debe a que las clorofilas absorben la luz visible en las longitudes de onda tanto azules como rojas, reflejando la verde. Debido a ello, el pigmento tiene un intenso tono característicamente verde, que confiere también a los organismos en los que está presente. En otras palabras, puede decirse que el color verde que tan habitualmente asociamos a la naturaleza es debido a, nada más y nada menos, que a la propia clorofila.
La mayoría de plantas necesitan de temperaturas cálidas y un buen aporte de luz solar para poder producir clorofila. Por esto, cuando llegan los meses fríos y las plantas pierden temporalmente su capacidad de seguir produciendo clorofila, pierden el pigmento, dejando a la vista los otros pigmentos que ya estaban presentes en ellas, así como otros que pueden formarse con los cambios que las hojas y tallos experimentan bajo determinadas circunstancias. De esta forma, los tonos ocres, naranjas y marrones son los que visten el otoño de los entornos con vegetación de hoja caduca.
Tipos de clorofila:
Clorofila A: Todos los organismos capaces de realizar la fotosíntesis, entre ellos las algas y plantas, contienen este tipo de clorofila. Está presente en los cloroplastos, y gracias a su capacidad de absorber la luz en la longitud del espectro visible, posibilita la transformación de energía lumínica en energía química.
Clorofila B: Este tipo de clorofila también posee una coloración verde. Su función es la de aumentar la capacidad de absorción de luz de la clorofila A. La clorofila B está presente en algas y árboles.
Clorofila C: Este tipo de clorofila puede encontrarse en algunas categorías de algas, especialmente en el grupo de los dinoflagelados. Su función es parecida a la de la clorofila B, ayudando a la clorofila A a absorber la luz solar, pero solo está presente en el periodo inicial del proceso de fotosíntesis. Es de color marrón rojizo y da a los dinoflagelados su característico tono. El Mar Rojo, de hecho, debe su color a la presencia masiva de estas formaciones de fitoplancton.
Clorofila D: Este tipo de clorofila solo ha fue observado de forma aislada y no constante en un alga roja, aunque posteriormente se encontró también en la cianobacteria Acaryochloris marina, capaz de explotar la luz del espectro rojo. Hace poco se descubrió que su presencia no repetida sobre el alga roja se debe a que no es la propia alga quien la produce, sino una cianobacteria que se desarrolla sujeta a ellas.
Clorofila F: En el año 2010 el equipo de Min Chen publicó el descubrimiento de un nuevo tipo de clorofila, la f. Esta fue descubierta en una cianobacteria presente en estromatolitos en Australia, y permite la absorción de la luz roja con más efectividad que cualquiera de los otros tipos.
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