El consumir frutas de temporada logra darnos beneficios para la salud, el medio ambiente y el desarrollo sostenible.
Consumir la fruta de temporada nos permite planificar mejor la alimentación y obtener los nutrientes necesarios a bajo costo debido a su disponibilidad. Contribuye a la sostenibilidad del sistema alimentario porque reduce el consumo energético y genera menos emisiones de dióxido de carbono ya que no es necesario transportarla desde otras zonas de cultivo más alejada. Son alimentos frescos, genuinos, tienen mucho sabor, nutrientes, un buen precio, son más sostenible y podrás elaborar mejores conservas.
La naturaleza es sabia y algunos estudios incluso profundizan sobre las propiedades terapéuticas que una dieta vegetariana alineada a cada estación del año puede ofrecer. Muchas disciplinas ancestrales como la medicina china y el Ayurveda ponen muy en práctica el comer según las estaciones del año para gozar de mayor equilibrio interno, así que este concepto no es nada nuevo.
Como hemos explicado, las frutas de temporada son las cultivadas y recolectadas en los meses más adecuados, siguiendo el ciclo natural de la planta. Por tanto, están recibiendo la cantidad óptima de luz, agua y calor. Todo esto mejora su desarrollo, y además hace que contengan una mayor proporción de micronutrientes y antioxidantes, lo que se nota en casi todo. Por ello, se hacen imprescindibles para muchas funciones.
Entre ellas destacan:
Proteger a los tejidos de agentes pro-oxidantes
Mantener en buen estado a la microbiota intestinal
Participar en todas reacciones bioquímicas de tu cuerpo:
Para obtener energía
Regenerar los tejidos
Fortalecer el sistema inmune
Ayudar al sistema nervioso
Efectos nocivos para el Medio Ambiente al no consumir frutas de temporada:
Cuando consumimos fruta de temporada estamos siguiendo el ritmo que nos marca la naturaleza. El cultivo de la fruta de temporada tiene un bajo impacto ambiental debido a que implica un menor uso de agro químicos: fertilizantes y pesticidas, que a menudo resultan muy contaminantes ya que contaminan al agua del subsuelo, de charcas y lagunas, dañando la fauna y flora acuática y otros compuestos, se evaporan parcialmente, contaminando el aire.
Gasto de luz
Escasez de agua
Reduciendo el uso de fertilizantes se protegen las aguas, el aire y hasta al propio suelo.
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